24 feb 2008

Diez compañías controlan el 57% del mercado global de semillas comerciales.


Según un estudio de Context Network, grupo analista de la industria,en 2006 estas diez compañías habrían generado unos beneficios de 13.014 millones de dólares, y tan solo cuatro de ellas (Monsanto, Dupont, Syngenta y Groupe Limagrain) tendrían bajo su control el 44% del mercado, siendo Monsanto la más grande del mundo y controlando el 20%.

A partir de los cálculos proporcionados por Context Network, ETC, grupo dedicado a la conservación y promoción de la diversidad cultural y ecológica y los derechos humanos, ha observado una tendencia a la concentración en este mercado: hace dos años las diez compañías más grandes tan solo controlaban el 49%; mientras que en 1996 ese porcentaje era del 36% y Monsanto (la mayor del mercado) no estaba dentro de esa lista.

Respecto al mercado de semillas patentadas (las semillas con marca registrada, sujetas a la propiedad intelectual), la porción que se adjudican estas 10 compañías es mayor: en 2006, estas 10 compañías controlaron el 66% del mercado de semillas patentadas, con un valor de $19 600 millones de dólares. Las cuatro principales compañías tendrían el 51% del mercado mundial de este tipo de semillas, controlando Monsanto el 23% .

Compañía / Valor de las ventas en 2006 (Millones de dólares)
1. Monsanto (EEUU) + Delta & Pine Land (pro forma) / $ 4 476
2. Dupont (EEUU) / $ 2 781
3. Syngenta (Suiza) / $ 1 743
4. Groupe Limagrain (Francia) / $ 1 035
5. Land O`Lakes (EEUU) / $ 756
6. KWS AG (Alemania) / $ 615
7. Bayer Crop Science (Alemania) / $ 430
8. Takii (Japón) estimación* / $ 425
9. Sakata (Japón) / $ 401
10. DLF-Trifolium (Dinamarca) / $ 352
Fuente:

El Petróleo y los alimentos

Juan Carlos Guerra
Un mundo sin petróleo amenaza nuestra posibilidad de acceder a los alimentos. Para muestra un dato: El 17% de la energía consumida en el mundo se utiliza en la producción, distribución y suministro de productos agrícolas. Este porcentaje se divide de la siguiente manera: 4% a la producción; 5% al procesamiento; 8% al transporte y distribución desde la granja hasta los supermercados.

Dado que el común de nosotros se limita a ir al supermercado a comprar sus alimentos, muchas veces no nos damos cuenta de todo el proceso que agotan esos productos antes de llegar a las góndolas de esos establecimientos. No advertimos que la agricultura moderna depende casi totalmente del petróleo.

El motor de gasolina aplicado a los tractores, los camiones, las maquinas cosechadoras, ha reemplazado a la fuerza humana y a la de los caballos, mulas y bueyes como fuente primaria de energía en la granja. Y no solo en la siembra y el transporte esta la dependencia del petróleo en la agricultura: la producción intensiva de los alimentos también esta altamente influenciado por los hidrocarburos.

El uso de fertilizantes y pesticidas derivados de productos petroquímicos han servido de bujía esencial para que la agricultura dejara de ser una actividad familiar para convertirse en una industria y abastecer la alta demanda de una población que ha crecido vertiginosamente en el último siglo.

El uso de fertilizantes y pesticidas comenzó en el año 1950. A partir de esa fecha la demanda de fertilizantes creció de 13 millones a 150 millones de toneladas en el año 2005 y la de pesticidas paso de 90,000 kilos en 1950 a 3,200 millones de kilos en 2005, según el Informe sobre Pesticidas y Fertilizantes de la Agencia para la Protección del Medio Ambiente.

La mecanización de la agricultura, el uso de fertilizantes y pesticidas derivados del petróleo, así como la introducción de avances en las técnicas de cultivo, han disparado la producción alimentaria, a la vez que han reducido la cantidad de mano de obra humana en la granja.

En un articulo publicado recientemente en la revista Science, titulado "The Mechanization of Agriculture" (La mecanización de la agricultura) se arroja el siguiente dato: "En 1850, un solo agricultor generaba alimentos suficientes para mantener a cuatro personas. En la actualidad, un solo agricultor genera alimentos en cantidad suficiente para mantener a setenta y ocho personas. La productividad agrícola aumento un 25% en los años cuarenta, un 20% en los cincuenta, un 17% en los sesenta, y mas del 28% en la década de los ochenta."

Ese aumento de la productividad agrícola se ha hecho a costa de incrementar la cantidad de petróleo consumido en el proceso. Según Jeremy Rifkin en su famoso libro La economía del Hidrogeno: "Para producir una lata de cereales de 270 calorías, el granjero consume la ingente cantidad de 2,790 calorías para mantener la maquinaria en funcionamiento y obtener los fertilizantes y los pesticidas. Así pues, por cada caloría de energía producida, el tecnificado granjero termina consumiendo diez calorías de energía." (p. 239).

Otro dato mas revelador que el anterior es sacado a relucir por David Pimentel en su estudio titulado "Food, Energy and Society" hecho para la Cornell University, de la ciudad de Ithaca en New York: "Un vehiculo que consume 4 litros de gasolina (un galón) por cada 50 Km.; en diez Km. quema la cantidad de gasolina necesaria para producir una barra de pan". Impresionante.

Un elemento importante es el referente al daño que causa en el suelo el uso de pesticidas y fertilizantes. El suelo se erosiona dada la alta cantidad de estos productos utilizada para aumentar su productividad. La contaminación que se deriva de los fertilizantes es responsable de la mitad de la contaminación actual del agua y de dos tercios de nuestros residuos sólidos.

El uso de pesticidas no es menos dañino, pues contribuyen también a la degradación del suelo. Para que tengamos una idea clara de lo que estamos diciendo, baste explicar que en el suelo habitan millones de bacterias microscópicas, hongos, algas y protozoos, así como gusanos y artrópodos que tienen la tarea de mantener la fertilidad y la estructura del suelo. Los pesticidas al destruirlos aceleran su proceso de agotamiento y erosión.

Los seres humanos consumimos cada vez mas energía para producir alimentos, pero esta producción es siempre menor al consumo. Según C. Ponting en su libro Historia Verde del Mundo: "En las dos primeras décadas de intensa explotación agrícola basada en productos petroquímicos que vinieron después de la Segunda Guerra Mundial, el consumo total de energía en el sector agrícola aumento un 70%, pero la producción alimentaria solo creció un 30%."

Como hemos visto el crecimiento de la producción agrícola, a través de la mecanización y el uso de fertilizantes y pesticidas, ha llevado consigo un aumento significativo del consumo de petróleo generando mayores emisiones de CO2. Lo que nos deja con una conclusión preocupante dadas sus implicaciones: la agricultura intensiva es uno de los principales agentes para el calentamiento global.

Conclusión confirmada por Rifkin en su ya mencionada obra con el siguiente dato: "Para responder a la demanda anual de carne de una familia media de cuatro personas es necesario consumir mas de 984 litros (260 galones) de combustibles fósiles. La quema de estos combustibles libera en la atmósfera 2,25 toneladas adicionales de CO2, la misma cantidad que emite un vehiculo medio en seis meses de funcionamiento normal." (op. Cit. Pág. 244).

Dado este panorama estamos ante la grave perspectiva de que los costos para la producción de alimentos aumente en tal magnitud que cuando entremos en la época en que la producción petrolera llegue a su techo, cientos de millones de seres humanos no estarán en condiciones de adquirir los alimentos necesarios para garantizar la propia subsistencia y la de sus familias. Esto sin contar con que actualmente hay 854 millones de personas que padecen de hambre y desnutrición.

Ciertamente, la humanidad esta hoy enfrentada a problemas que amenazan su propia existencia. Decir que el fin de la especie humana esta cerca, seria un gigante acto de alarmismo, los seres humanos todavía estamos a tiempo de salir victoriosos ante estos retos. Indudablemente, a la civilización humana como hoy la conocemos le quedan pocas décadas. Probablemente en el último tercio de este siglo sentará sus bases una nueva civilización que regirá al planeta por los próximos siglos.

Es nuestro deber asegurar primero, que el fin de la humanidad no llegue con el final de esta civilización. Y segundo, tan importante como lo primero, garantizarle a esas generaciones la construcción de su nueva civilización a partir de un mundo en donde la desigualdad, la guerra y la pobreza sean solo capítulos de los libros de historia.
La especie humana esta en peligro. Pero aun puede salvarse y ser mejor.
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=57390

Mapa del Mundo según las reservas de Petróleo


22 feb 2008

alcance de Tería de la Complejidad

Luisa Redondo Botella
Como es sabido el movimiento es la forma de existir de la materia y del pensamiento. Si se observa la materia en sus manifestaciones exteriores, a veces puede parecer estática, pero incluso en ese momento, las partículas que la integran se hallan en continuo movimiento. Por otra parte, ninguna manifestación de la materia y del pensamiento se hallan aisladas, sin comunicación con otras, y eso es movimiento, porque se desenvuelven, no son estáticas. ¿Son conocidas todas las formas de movimiento? He aquí una pregunta para los cientistas.
Hay situaciones en las que se puede predecir con seguridad lo que va a suceder de inmediato, incluso a mediano y largo plazo. Esto ocurre en la naturaleza y en la sociedad, como su parte más avanzada. Así si un alumno estudia, es seguro que aprobará, si no lo hiciera, también el resultado es previsible. Es movimiento determinístico. No obstante la calificación que obtenga en el primer caso, obedece a la ley de la probabilidad. Pero si aparece un factor inesperado, que lo altera todo, entonces se produce el caos, ¿qué pasará? No es posible valerse del determinismo ni del probabilismo.
Pero ¿acaso es posible conocer la posición inmediata de una pequeña partícula componente de un átomo? No. También eso es un caos. De manera semejante, tampoco es posible fijar el rumbo de un acontecer social si hay algo nuevo que lo intercepta o si varía significativamente la intensidad de presencia de los elementos concurrentes. Es un caos.
Por otra parte, dado el elevado nivel de abstracción alcanzado por las matemáticas, es posible que reflejen estructuras que todavía no poseen vigencia en el mundo real. De aquí que si reflejamos un fenómeno, natural o social, en un sistema de ecuaciones diferenciales, al introducir este en una computadora y dejar que se produzca la secuencia de pasos que habrán de llevarle a su solución, puede suceder que se rebasen los límites preconcebidos y exprese situaciones desconocidas hasta entonces, cuyos protagonistas son factores internos del hecho de que se trate y externos, entre ellos, y con frecuencia apreciable, los hay inesperados, al menos su comportamiento es inesperado. De aquí que la teoría de la complejidad les interesa a los cientistas investigadores. Se está dentro de la teoría de la complejidad y dentro de ella, se maneja con frecuencia la del caos para estos asuntos.
En la reflexión anterior, es preciso considerar en la sociedad a la ciencia política tercermundista como la más afectada, puesto que las variaciones inesperadas en la influencia de los factores externos pesarán más en los países en desarrollo, porque, en general, su situación económica es más permeable a ellos, y cuando externamente se presenta algo inesperado su respuesta será más débil, además de que en ambos casos su influencia en factores internos puede se mayor en estos países. En resumen, los politólogos tercermundistas tienen sobrados motivos para estar interesados en el estudio de la teoría de la complejidad.Si teóricamente se elabora una representación gráfica del fractal y valiéndose de las técnicas de computación se deja que tal fractal se desenvuelva su albedrío, este describe trayectorias que se van alejando de un espacio central. Se aprecia en ello un orden ¿pero cuál? Porque ese orden sea todavía desconocido, a mi entender, no justifica negar su existencia y pretender solucionar la cuestión afirmando que es una expresión de caos, tal como actualmente lo entendemos, el cual se halla presente en la naturaleza y en la sociedad, y teóricamente en la teoría de la complejidad, la cual va más allá.
Las trayectorias señaladas no marcan una única dirección. Como un ejemplo, entre otros, los cuerpos celestes describen trayectorias sin dirección única, las cuales se repiten por miles de millones de siglos, a lo largo de oda su vida. ¿Habrá algo de común en esto?
Como los experimentos en las ciencias naturales son más fáciles de realizar que en la sociedad, los tomamos como base explicativa. Al pretender visualizar las trayectorias de un fractal se observa que cada vez abarcan un espacio mayor. Cabe preguntarse si en las trayectorias el fractal habrá experimentado cambio en su cualidad, porque, entiendo, que en el proceso se produce cierta acumulación medible, por lo menos de tiempo. Hay más cuestiones a dilucidar. Todos los puntos, o momentos, de las trayectorias sucesivas no tienen un nivel más alto que los equivalentes por posición de las trayectorias primarias. ¿Por qué? ¿Es que el desarrollo no implica que absolutamente todas sus manifestaciones sean más avanzadas?
Lo anterior no niega que después de cambios cualitativos mediante desenvolvimiento o integraciones de fractales y de otras partículas "superiores" se alcance el cambio cualitativo general, en lo cual todo sea más elevado.
Por lo anterior, el cambio cualitativo que se aprecia en última instancia, ¿será resultado de cambios cualitativos ocurridos en partículas en distas esferas de la estructura de la materia? ¿En todos los niveles estructurales se producirán cambios preludios del general? ¿Habrá niveles en que no se presente cambio alguno?
Estos cuestionamientos, guía conducentes al descubrimiento, abren un amplio y atrayente horizonte para el investigador en la sociedad. A los cienistas de las ciencias sociales particulares y a los filósofos, se les presenta la tarea de cómo incorporar los conocimientos que ofrece la teoría de la complejidad a sus respectivas metódicas. Habrán de comenzar por dilucidar el significado del fractal cuando se trata de la sociedad. Sin embargo, desde ahora se puede afirmar que es necesario indagar con mayor acuicidad las singularidades, o bien las individualidades, tanto si son pequeños grupos, comunidades, familia o personas que actúen aisladamente. Esto llevaría a cómo asimilar el fractal en las ciencias sociales.
El cambio cualitativo es lago fundamental en el desarrollo de los pueblos. Pero todos los factores y singularidades de la sociedad ¿realmente cambian en el momento del gran salto? Por otra parte, es que en algunos, ¿se produce el cambio anticipadamente? Y en otros ¿no habrá cambio?
A la luz de estas reflexiones, se siente la necesidad de desmenuzar la conocida frase de que el desarrollo de la sociedad se mueve en zigzag.Por lo expuesto se infiere que el estudio del salto cualitativo se torna complejo. No es que dicho fenómeno se haya complicado, sino que empezamos a estar en condiciones de profundizar más en él. Algo que hemos considerado como inesperado pudiera ser la manifestación de que en capas menos avanzadas de la estructura de la materia o en hechos sociales que se presentan en entornos limitados, se han producido cambios cualitativos, los cuales propician el cambio general, lo que sucede es que no ha sido suficientemente estudiado en la actualidad. Por otra parte, es aconsejable plantearse la inquietud de conocer sin en cambio cualitativos producidos en algunas singularidades, está el preludio del cambio general, o si se necesitaría que cualitativamente dichos cambios singulares rebasaran un límite. En cualquier caso, es evidente que propiciar cambios cualitativos en pequeñas singularidades puede tener un importancia mayor que la concebida hasta ahora.
Lo expuesto se refiere, implícita o explícitamente, a que para producirse el cambio cualitativo se necesita que el aspecto cuantitativo rebase determinado nivel. Lo novedoso es la amplitud que puede adquirir el proceso de cambio y también la categoría cantidad de la materia, sin que por ello varíe su esencia. También es un planteamiento atrevido que el salto cualitativo no se ofrezca como un todo, de una sola vez, sino que sea un proceso en el cual se van produciendo saltos en distintas estructuras de la materia, o en pequeñas singularidades de la sociedad, si bien la cualidad de los resultados, tanto en lo limitado como en lo general, habrá de diferir de las cualidades de los participantes en el salto.
Conocer la teoría de la complejidad y utilizarla es un reto que el nuevo siglo plantea a los cientistas.
Fuente:

20 feb 2008

La Peligrosa Clase Media

La clase media de los países pobres es el grupo humano que más rápido está creciendo. En los próximos 12 años, 1.800 millones de personas engrosarán las filas de la clase media. De éstos, cerca de 600 millones serán chinos. Millones más serán indios o brasileños. En ese periodo la población del planeta habrá aumentado en 1.000 millones de personas, es decir, menos que el aumento de la clase media. Las consecuencias de esto son enormes. Y los retos que esta gigantesca clase media planteará no tienen precedentes en la historia.
Homi Kharas, economista del Brookings Institution, estima que para 2020 la clase media será el 53% de la población mundial. "Hay países pobres donde millones están saliendo de la pobreza gracias al rápido crecimiento económico. Esto duplicará el tamaño de la clase media", dice Kharas. Para 2025, China tendrá la clase media más grande del mundo. La de India será 10 veces mayor.
Éstas son buenas noticias. Pero estos éxitos de la humanidad no serán gratis. Y los síntomas del aumento de la clase media mundial ya los estamos sintiendo. Usted, por ejemplo, está pagando más por la comida. Y no solo usted. En enero, 10.000 personas salieron a protestar en las calles de Yakarta el aumento de los precios de la soja. Los milaneses hicieron lo mismo por los altos precios de la pasta. La semana pasada en Jedá, Arabia Saudí, faltó el pan, ya que el trigo se hizo prohibitivo. Los mexicanos marcharon en protesta del precio de las tortillas de maíz. En Senegal las protestas callejeras fueron por los altos precios del arroz, y en India por la cebolla. Argentina, China, Egipto, Venezuela y Rusia intentan contener la irritación popular con controles de precios.
El promedio de precios alimenticios compilado por The Economist llegó a su nivel más alto desde 1845. Leyó bien; desde 1845. En el 2007 el trigo y la soja subieron más del 80%; el arroz y el maíz, alcanzaron precios récord. Estos aumentos no se deben a que ahora hay menos comida (el mundo produjo más cereales en 2007 que nunca) sino porque algunos cereales están siendo usados como combustible y porque ahora hay más gente que puede comer tres veces al día. La nueva clase media no sólo consume más comida. También compra más ropa, refrigeradores, juguetes, medicinas, y eventualmente, autos y casas. China e India, con el 40% de la población mundial, ya consumen más de la mitad del carbón, el hierro y el acero del mundo. Así, desde 2005 el precio mundial del estaño, níquel y zinc se ha duplicado. La clase media también consume más energía. En 2005, China aumentó su capacidad de producción eléctrica tanto como toda la electricidad que produce Reino Unido en un año. En 2006, aumentó tanto como toda Francia. El petróleo llegó a 100 dólares por barril no debido a embargos o accidentes que limitaron la oferta, sino por el crecimiento del consumo. A la clase media le gusta viajar: se estima que los 846 millones de turistas que hoy viajan cada año llegarán a ser 1.600 millones en 2020.
Últimamente se ha intensificado el debate sobre las consecuencias medioambientales del crecimiento del mundo. Pero la discusión sobre los efectos económicos y políticos de este boom ha sido menor. ¿Qué pasará, por ejemplo, cuando la clase media de los países ricos se vea obligada a cambiar su estilo de vida debido al crecimiento de la clase media en los países pobres? ¿O cuando los patrones de consumo que una familia estadounidense o española ahora da por descontados dejen de estar a su alcance? Ir en coche a cualquier lugar y a cualquier hora será más caro y complicado. Esto no es necesariamente malo. Pagar más por contaminar el ambiente o consumir productos no renovables podría reflejar mejor el costo que ello realmente tiene.
Pero otras alteraciones del orden mundial que pueden resultar del crecimiento de la clase media serán más traumáticas. Los cambios en las tendencias de migración, urbanización y distribución del ingreso serán profundos y conflictivos. La nueva clase media demandará casas, hospitales y escuelas de mejor calidad, e inevitablemente, mayor participación política. Los efectos no anticipados de la nueva clase media global se harán parte de nuestra cotidianidad sin importar donde vivamos.
El debate sobre los "límites al crecimiento" es tan viejo como Thomas Malthus y su preocupación por una población que crece más rápido que la capacidad de producir comida. Hasta ahora estos pesimistas se han equivocado. El mercado y las nuevas tecnologías que periódicamente revolucionan la producción de alimentos se han encargado de equilibrar demanda y oferta e impedir que los pronósticos maltusianos se cumplan. Esto es lo que volverá a pasar. Pero nuestra adaptación a un mundo con una clase media más numerosa que nunca está recién comenzando. Y la adaptación no será barata ni tranquila.

Análisis: El observador global
La peligrosa clase media
Moisés Naím
El País
17.02.08
Fuente:

Crecimiento Poblacional Mundial. Desde una perspectiva Teológica Cristiana

Daniel Iglesias Grèzes

Índice

1. Introducción
2. Presentación del problema demográfico
2.1. Datos básicos
2.2. Las causas de la "explosión demográfica"
2.3. Las consecuencias de la "explosión demográfica"
2.4. Las soluciones del problema demográfico
3. Análisis ético del problema demográfico
3.1. Análisis a la luz de los principios de la teología moral social
3.1.1. El principio de subsidiariedad

3.1.2. El principio de solidaridad
3.1.3. La opción por un mundo humanizado
3.2. Análisis a la luz del Magisterio de la Iglesia
3.2.1. Concilio Vaticano II
3.2.2. Pablo VI
3.2.3. Juan Pablo II
4. Conclusiones
5. Bibliografía


1. Introducción
En este siglo la humanidad se ha visto enfrentada a un fenómeno inédito en la historia, que plantea graves problemas económicos, políticos y culturales: una gran aceleración del crecimiento de la población mundial. Este problema ha tomado dimensiones tales que hacen necesario su enfoque a nivel planetario. La reciente Conferencia Mundial de El Cairo sobre la Población y el Desarrollo, en la cual la Santa Sede tuvo una intervención muy destacada, volvió a poner ese problema en el primer plano de la conciencia colectiva, y reavivó un debate que pone en juego valores morales muy hondos y enfrenta al cristianismo con diversas ideologías de gran influencia en el mundo contemporáneo.El presente trabajo, en el cual se estudia someramente, desde el punto de vista de la teología moral social, el problema de la llamada "explosión demográfica", consta básicamente de dos partes: en la primera parte se plantean los datos básicos del fenómeno de la "explosión demográfica", se indagan sus causas y consecuencias y se exponen las soluciones que se han propuesto para resolver el problema demográfico; en la segunda parte se realiza un breve análisis ético del problema y de sus posibles soluciones, a la luz de los principios de la teología moral social y del Magisterio de la Iglesia. Al final se agregan unas conclusiones y la bibliografía consultada.En este breve trabajo no podemos considerar el problema de las migraciones (internas o internacionales). Al respecto sólo hacemos notar que las migraciones del campo a la ciudad son la causa principal del explosivo crecimiento de las ciudades, un gran problema de por sí, que afecta sobre todo a los países subdesarrollados. Tampoco podremos detenernos a estudiar el problema del envejecimiento de la población, que afecta a los países que han realizado ya la "transición demográfica" (cf. 2.2).2. Presentación del problema demográfico2.1. Datos básicosLa población del mundo tuvo un crecimiento muy lento (menos del 0,1% anual) desde la aparición de la especie humana sobre la Tierra y durante cientos de miles de años, hasta el final de la Edad Media. Posteriormente el crecimiento de la población mundial experimentó una gran aceleración. Se suele decir que la población del mundo crece en forma exponencial. Sin embargo, no se trata de una progresión geométrica simple. La tasa de crecimiento anual de la población mundial aumentó constantemente (excepto durante las dos guerras mundiales) hasta 1970, y luego descendió algo. En consecuencia la duplicación de la población mundial se realizó en forma cada vez más rápida: el paso de 500 a 1.000 millones de personas insumió unos 220 años; la siguiente duplicación se completó en 110 años; y la siguiente se realizó en tan sólo 45 años.Analizando la evolución del índice de crecimiento anual de la población por regiones, se observa que en los países desarrollados dicho crecimiento se ha moderado en las últimas décadas; en cambio en los países subdesarrollados ese crecimiento se aceleró primero y después bajó un poco, aunque sigue siendo alto. El crecimiento actual de las poblaciones subdesarrolladas es mucho más rápido que el de las poblaciones occidentales en el siglo XIX. La mayor parte del crecimiento de la población mundial se produce en los países subdesarrollados, y dentro de éstos a menudo en los segmentos más pobres de la sociedad. En muchos de esos países la duración media de la vida continúa aumentando sin que aumente el "nivel de vida":"Un asiático famélico puede tener, en nuestros días, una esperanza de vida mayor que un noble o un burgués del antiguo régimen con buenas rentas y colmado de atenciones." (Sauvy, El problema de la población en el mundo, p. 69).2.2. Las causas de la "explosión demográfica"La teoría más utilizada por los demógrafos para explicar el fenómeno de la "explosión demográfica" es la de la transición demográfica, que puede resumirse así: antes de los extraordinarios progresos de las revoluciones científica e industrial, todas las sociedades presentaban índices de natalidad y de mortalidad elevados y en equilibrio. El progreso rompió ese equilibrio, haciendo decrecer la mortalidad, sin cambiar la natalidad. La población pasa entonces por una fase de fuerte crecimiento demográfico, hasta que reacciona a la disminución de la mortalidad, disminuyendo la natalidad y llegando a un nuevo equilibrio (cf. Véron, La transición demográfica: de la teoría a la experiencia, en: El Correo de la UNESCO, Enero 1992, p. 17).Una población primitiva tiene una tasa de natalidad del 5% anual y una tasa de mortalidad del 3% anual. Por lo tanto crece en una proporción del 2% anual. Semejante aumento multiplicaría a los hombres de una manera desmesurada al cabo de algunos siglos. En realidad el crecimiento de las poblaciones ha sido, a través de milenios, muy inferior al crecimiento natural. El equilibrio de la natalidad y la mortalidad se debía a que a la mortalidad natural (regular) se añadía una supermortalidad irregular, causada principalmente por el hambre, las epidemias y las guerras. Además, casi todas las sociedades primitivas cayeron en la tentación de suprimir a los seres que consideraban molestos, por medio del aborto, el infanticidio, el abandono de niños, la eliminación de los ancianos u otros métodos.· El ritmo de crecimiento de la producción de alimentos era muy inferior al 2% anual necesario para compensar la multiplicación natural. Por lo tanto, cíclicamente se producían hambrunas que diezmaban la población.· En la época natural las epidemias causaban grandes estragos. Terminaban apagándose por sí mismas cuando la población se iba haciendo más escasa y los sobrevivientes se iban inmunizando contra el mal.· Las guerras reducían la población en forma directa (militares muertos en combate, civiles víctimas de diversas formas de violencia) y principalmente en forma indirecta: las destrucciones y devastaciones causadas por las guerras dañaban la economía, acortando el ciclo del hambre.Al principio de la Edad Moderna, el hombre comenzó a dominar la naturaleza en un grado mucho mayor que en cualquier época anterior. El progreso tecnológico hizo posible producir más alimentos (y más regularmente) y trajo consigo una relativa pacificación y grandes progresos de la medicina, que han permitido combatir no sólo la supermortalidad de las epidemias sino también la mortalidad normal.En líneas generales podemos decir que la transición demográfica se ha completado ya en los países desarrollados, mientras que los países subdesarrollados se encuentran en plena transición demográfica, al igual que la población mundial en su conjunto. En todo el mundo la mortalidad ha descendido extraordinariamente, principalmente debido al descenso de la mortalidad infantil. La esperanza de vida, que en el siglo XVIII era de unos 30 años, supera hoy los 60 años en casi todo el mundo y los 70 años en los países desarrollados. La proporción de personas que alcanzan la edad adulta ha pasado del 50% al 95%. La natalidad ha bajado mucho en los países desarrollados, a tal punto que la población de algunos países europeos está ahora decreciendo (o continúa creciendo gracias a la inmigración), pero continúa siendo alta en la mayor parte de los países subdesarrollados.2.3. Las consecuencias de la "explosión demográfica"La población mundial crece geométricamente. Una simple extrapolación permite verificar que ese tipo de crecimiento es insostenible a largo plazo. Por otra parte la teoría de la transición demográfica asegura que la población mundial se estabilizará tarde o temprano debido a un descenso de la natalidad. Sin embargo, la desigual distribución de la población y las riquezas en el planeta podría conducir a situaciones explosivas.En 1991 los países industrializados tenían 822 millones de habitantes con un ingreso promedio anual per capita de 20.570 dólares. Los valores correspondientes para los países de ingresos medios eran 1.401 millones de habitantes y 2.480 dólares; y para los países más pobres, 3.127 millones de habitantes y tan sólo 350 dólares (cf. Keyfitz, ¿Qué cantidad de seres humanos puede soportar nuestro planeta?, en: Deutschland, Abril 1994, p. 44).La población de los países subdesarrollados continuará creciendo durante varias décadas. El crecimiento de la población podría superar al aumento de la producción, lo cual haría descender el ya bajo nivel de vida de los hombres del "Tercer Mundo". Esta situación podría conducir a graves enfrentamientos entre el Sur y el Norte.Existen muchos pronósticos sobre la evolución de la población mundial más allá del año 2000, que difieren mucho entre sí en cuanto al momento y la magnitud en los cuales se estabilizará finalmente dicha población. Las opiniones de los demógrafos están divididas. Según un grupo de ellos (compuesto sobre todo por economistas) el problema demográfico se solucionará por sí mismo. Otro grupo (formado sobre todo por biólogos) es más pesimista: el crecimiento biológico y el crecimiento económico estarían alcanzando los límites impuestos por la naturaleza (cf. Keyfitz, o. c., p. 44)."Ninguno de los intentos de determinar la densidad máxima de población ha sido concluyente... Desde hace 50 años... se han hecho múltiples predicciones sobre los límites de la capacidad de población de un país tras otro. Esos límites se han sobrepasado en casi todos, y en la mayoría de los casos la población actual tiene un nivel de vida muy superior al de sus antepasados mucho menos numerosos" (Brookfield, El juego de las cifras, en: El Correo de la UNESCO, Enero 1992, p. 29).2.4. Las soluciones del problema demográficoConsiderando el problema demográfico a escala planetaria y a largo plazo, podemos afirmar en una primera aproximación que el aumento de la producción ("solución económica") y la emigración hacia regiones menos pobladas ("solución geográfica") no resuelven el problema. A largo plazo el problema demográfico sólo puede tener una "solución demográfica" que, dado que el aumento de la mortalidad no es una salida deseable, coincide con la reducción de la natalidad. No obstante, la teoría de la transición demográfica demuestra que el problema demográfico se reduce a realizar adecuadamente esa transición y a alcanzar un nuevo nivel de equilibrio compatible con los recursos globales del planeta. En esta perspectiva, el desarrollo económico y las migraciones son soluciones legítimas. Por diversas razones, sin embargo, no cabe esperar que las migraciones contribuyan de un modo relativamente importante a resolver el problema de la transición demográfica de los países en desarrollo. Por ende el dilema planteado es: ajustar los recursos económicos a la población o, por el descenso de la natalidad, ajustar la población a los recursos económicos (cf. Sauvy, o. c., pp. 124-125).La solución económica consiste en aumentar la cantidad de recursos materiales (alimentos, energía, etc.) por lo menos con la misma rapidez que la cantidad de seres humanos. Se trata de una verdadera hazaña tecnológica, hazaña que los hombres han cumplido más o menos satisfactoriamente durante los últimos 400 años. Además, el mejoramiento del nivel de vida favorece la disminución de los nacimientos.La solución demográfica consiste en el control de la natalidad. Para acelerar la transición demográfica y reducir así la cantidad de habitantes que tendrá el mundo una vez que se haya estabilizado su población, muchos proponen una intervención de los Estados y de organizaciones no gubernamentales en pro de la disminución de la natalidad. Esta intervención puede variar desde el desestímulo a las familias numerosas hasta la imposición coactiva de la limitación de los nacimientos por parte del Estado. Los métodos utilizados para el control de la natalidad son la contracepción, la esterilización y el aborto. El aborto se puede lograr por medios quirúrgicos o químicos. Además, algunos métodos anticonceptivos tienen con cierta frecuencia efectos abortivos.

Fuente:
http://lmillau.blogspot.com/2008/02/el-problema-del-crecimiento-de-la.html

Oriblemas del Crecimiento Poblacional. Desde una perspectiva Teológica Cristiana 2/3

3. Análisis ético del problema demográfico3.1. Análisis a la luz de los principios de la teología moral social3.1.1. El principio de subsidiariedadEl principio de subsidiariedad establece que:"Una estructura social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándolo de sus competencias, sino que más bien debe sostenerlo en caso de necesidad y ayudarlo a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común." (Juan Pablo II, Centesimus Annus, n. 48, d).El principio de subsidiaridad se aplica al dominio de la población:· De él se deduce que es inaceptable que el Estado ejerza chantaje, coerción o violencia sobre las parejas para someterlas a su política demográfica y que pretenda suplantarlas en la determinación del número de hijos. Por el contrario el Estado debe proteger la libertad de las familias, salvaguardar la vida de los inocentes y hacer respetar a la mujer, particularmente en su dignidad de madre. En este ámbito tienen una importancia notable las políticas fiscal y educativa.· El mismo principio vale para las instituciones internacionales públicas. Ellas deben respetar la legítima soberanía de las naciones tanto como la justa autonomía de las parejas. No deben incitar a los Estados a adoptar determinadas políticas demográficas por medio de presiones indebidas. Sería un grave abuso del poder intelectual, moral y político presentar las campañas antinatalistas como las expresiones más apropiadas de la ayuda de las poblaciones ricas a las poblaciones desfavorecidas.· Algo análogo debe decirse respecto a las instituciones internacionales privadas.3.1.2. El principio de solidaridadLa solidaridad puede definirse así:"Es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos." (Juan Pablo II, Sollicitudo Rei Socialis, n. 38, f).De este principio se deducen al menos dos consideraciones aplicables a nuestro problema:· En su libre determinación del número de sus hijos, las parejas deben tener en cuenta la situación demográfica de su país y del mundo.· Las naciones ricas deben contribuir en la medida de sus posibilidades al desarrollo de las naciones pobres. El desarrollo económico acelera la transición demográfica.3.1.3. La opción por un mundo humanizadoEl concepto de mundo humanizado expresa una de las dimensiones fundamentales del bien común. Se trata del proceso histórico de comprensión y promoción de la dignidad del hombre, de la que derivan los derechos del hombre y la mujer, de la familia y de los pueblos.El derecho básico es el derecho a la vida. De ahí que se deba rechazar el aborto como método de planificación familiar o control de la natalidad. La Iglesia afirma la naturaleza sagrada de la vida humana, la responsabilidad de las parejas frente a la transmisión de la vida y el derecho intrínseco a la paternidad. Creados a imagen y semejanza de Dios, origen de toda vida, los hombres y las mujeres son llamados a ser los colaboradores del Creador en la transmisión del don sagrado de la vida humana. Por la comunión de vida y de amor que es el matrimonio, ellos constituyen la familia, célula básica de la sociedad. No está en consonancia con el designio de Dios que las parejas paralicen o destruyan su fecundidad por la contracepción artificial o la esterilización, y menos aún que recurran al aborto para suprimir a sus hijos antes del nacimiento."Los esposos tienen el derecho inalienable de fundar una familia y de decidir el espaciamiento de los nacimientos y el número de hijos a traer al mundo, considerando plenamente sus deberes hacia sí mismos, hacia los hijos ya nacidos, la familia y la sociedad, dentro de una justa jerarquía de los valores y de acuerdo con el orden moral objetivo que excluye el recurso a la anticoncepción, la esterilización y el aborto" (Carta de los Derechos de la Familia, presentada por la Santa Sede, 22-10-1983, art. 3).3.2. Análisis a la luz del Magisterio de la Iglesia3.2.1. Concilio Vaticano IIEvocando la cuestión de las evoluciones demográficas en la Constitución pastoral Gaudium et Spes, los Padres del Concilio Vaticano II han reafirmado los derechos de la familia y rechazado las soluciones deshonrosas, incluyendo el aborto y el infanticidio (cf. GS, nn. 5, 8, 47, 51). Ellos han abogado por el derecho y el deber de la "paternidad responsable", exigencia que sólo puede ser cumplida al interior del matrimonio (cf. GS, n. 50). El Concilio pide la colaboración de todos, sobre todo de las naciones ricas, para preparar lo que es necesario para la subsistencia y la instrucción de los hombres de los pueblos que sufren dificultades provenientes del rápido crecimiento de la población (cf. GS, n. 87).3.2.2. Pablo VIEn su histórica alocución a la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1965, el Papa Pablo VI proclamó el carácter sagrado de la vida humana y llamó a defenderla incluso en lo concerniente al gran problema de la natalidad:"Vuestra tarea es hacer que el pan sea suficientemente abundante en la mesa de la humanidad y no favorecer un control artificial de los nacimientos, que sería irracional, con miras de disminuir el número de los convidados al banquete de la vida" (Pablo VI, Discurso a la Asamblea de la ONU, n. 6).En su Encíclica Humanae Vitae el Papa Pablo VI explicó la doctrina de la "paternidad responsable" (cf. HV, nn. 10-16, 76) y llamó a las autoridades públicas a no aceptar que se introduzcan en la familia, por vía legal, prácticas contrarias a la ley moral natural y divina (cf. HV, n. 23).3.2.3. Juan Pablo IIEn su Carta encíclica de 1987, Sollicitudo Rei Socialis, el Papa Juan Pablo II escribió:"Por otra parte, resulta muy alarmante constatar en muchos países el lanzamiento de campañas sistemáticas contra la natalidad, por iniciativa de sus gobiernos, en contraste no sólo con la identidad cultural y religiosa de los mismos países, sino también con la naturaleza del verdadero desarrollo. Sucede a menudo que tales campañas son debidas a presiones y están financiadas por capitales provenientes del extranjero y, en algún caso, se subordina a ellas incluso la ayuda y la asistencia económico-financiera. En todo caso, se trata de una falta absoluta de respeto por la libertad de decisión de las personas afectadas, hombres y mujeres, sometidas a veces a intolerables presiones, incluso económicas, para someterlas a esta nueva forma de opresión. Son las poblaciones más pobres las que sufren los atropellos, y ello llega a originar en ocasiones la tendencia a un cierto racismo, o favorece la aplicación de ciertas formas de eugenismo, igualmente racistas. También este hecho, que reclama la condena más enérgica, es indicio de una concepción errada y perversa del verdadero desarrollo humano." (Juan Pablo II, SRS, n. 25, c-d).4. ConclusionesEl problema del crecimiento de la población mundial se reduce esencialmente al problema de la transición demográfica de los países subdesarrollados. Dejar que los hombres del Tercer Mundo se multipliquen en la miseria sería inhumano. Frente a este problema se han planteado dos soluciones: la solución económica (aumento de la producción) y la solución demográfica (reducción de la natalidad). Es más humano adaptar la producción a la población que hacer lo contrario. La doctrina social de la Iglesia se inclina hacia la solución económica. Sin embargo la misma doctrina enseña que los esposos, en el ejercicio de la paternidad responsable, deben considerar plenamente sus deberes hacia la sociedad, por lo cual no deben ignorar el problema demográfico. He aquí un desafío para la pastoral de la Iglesia.El problema demográfico es eminentemente social. Como problema moral, debe ser visto desde la perspectiva tanto de la moral sexual como de la moral social. Ambas perspectivas no se oponen, sino que se complementan.Como un punto interesante para una ulterior profundización planteamos el tema de si existe alguna forma en que el Estado pueda estimular la reducción de la natalidad sin incurrir en una presión injusta.Montevideo, 1994.

Fuente:
http://lmillau.blogspot.com/2008/02/el-problema-del-crecimiento-de-la.html

Problemas del Crecimiento Poblacional Mundial. Desde una perspectiva Teológica Cristiana

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Pobreza y contaminación, una alianza peligrosaEn: El Correo de la UNESCO (Enero 1992) pp. 18-21.

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Fuente:
http://lmillau.blogspot.com/2008/02/el-problema-del-crecimiento-de-la.html

19 feb 2008

La producción orgánica, opción para el campo mexicano

Los productos orgánicos son aquellos producidos mediante prácticas amigables con el medio ambiente, sin usar agroquímicos, y se procesan sin aditivos, conservadores, sabores o colorantes artificiales, es decir su calidad es integral y excelente porque conservan sus características organolépticas naturales y ecológicamente tienen también un alto valor. Estos alimentos son sanos y confiables para el consumo humano. En la producción pecuaria no se usan hormonas para acelerar el crecimiento de los animales ni alimentos sintéticos.
Café indio
La agricultura orgánica coincide con el sistema de policultivo tradicional, estado más avanzado de manejo forestal, que alcanza su máxima expresión en la cultura milenaria de los pueblos indios. El café deja de ser un elemento exótico para ser adaptado a las condiciones de las selvas o los bosques mexicanos originales.
La vida en un sorbo. Museo Nacional de Culturas Populares
La Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM por sus siglas en Inglés) establece cuatro principios para la producción, que son el de salud, el ecológico, el social y el principio precautorio.
Si bien desde su cultivo hay bondades, para que la producción orgánica pueda tener tal denominación dentro del mercado, debe contar con un sistema de rastreabilidad, es decir, ser identificada en todas las fases de la cadena producción-consumo. Así, desde cualquier supermercado, en cualquier parte del mundo, un producto orgánico puede ser rastreado y saber quién lo produjo, dónde y cuándo.
En México se producen así diversas hortalizas, frutas, granos, ganado y miel, y se estima que 90 por ciento se exporta a Estados Unidos, Canadá, Europa y Japón. A escala mundial, México ocupa el primer lugar en número de agricultores involucrados en este tipo de producción; el mercado nacional es incipiente, pero avanza rápidamente en supermercados y tianguis orgánicos en las principales ciudades del país.
La mayoría de productores orgánicos en México son pequeños, sin embargo también hay de gran escala y empresas que han encontrado en este sistema una de las pocas opciones rentables en el campo mexicano, en términos ecológicos, sociales y económicos.
Los países consumidores como Estados Unidos, Japón y los miembros de la Comunidad Europea demandan más y más productos orgánicos; sin embargo, el mercado nacional ofrece un gran potencial en el consumo de estos alimentos también denominados ecológicos, biológicos o con sus prefijos eco y bío. Cada vez más, el consumidor mexicano elige sus alimentos con conciencia, buscando que sean sanos, frescos, de origen conocido, libres de organismos genéticamente modificados, sin riesgos a la salud humana, pero sobre todo que en su producción sean amigables con el medio ambiente y que haya efectos sociales más justos para el agricultor y sus trabajadores.
La demanda mundial de alimentos orgánicos es sorprendente; registra un crecimiento de 20 a 30 por ciento anual. Quizá eso explica que estos productos tengan un sobreprecio en el mercado; sin embargo, diversos estudios de costos demuestran que económicamente es más rentable el cultivo orgánico respecto del que usa agroquímicos, con rendimiento igual e incluso superior. Y a ello se suman servicios ambientales.
Mercadeo moral
A fines del siglo pasado cobró fuerza el llamado consumo ético, una filosofía y un movimiento desde la demanda que, atendiendo no sólo al valor de uso de los productos sino también a su origen social, contrapone al monstruo frío del mercado una suerte de economía moral. Desde los años 80, sellos como Max Havelaar, TransFair o Fair Trade Foundation certifican que los bienes que llevan su logo provienen de forma directa de pequeños agricultores organizados en cooperativas y respetuosos del medio ambiente, garantizando que el sobreprecio que se paga llega realmente a las comunidades de origen.
Un café por la causa. Hacia un comercio justo
Desde el punto de vista del consumidor, se requiere seguridad de que efectivamente los productos orgánicos sean obtenidos con métodos amigables con el medio ambiente y mantengan registros en toda la cadena producción-consumo. Para ello, pueden ser etiquetados como tales sólo si han pasado por una certificación. Los países consumidores han desarrollado regulaciones oficiales al respecto y en América Latina los dos primeros países que generaron esta experiencia normativa son Argentina y Costa Rica.
En México tenemos ya la Ley de Productos Orgánicos que se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 7 de febrero de 2006. Aún no se cuenta con el reglamento y demás instrumentos regulatorios necesarios para que opere un sistema de control nacional. Según la Ley, la Secretaría de Agricultura asumirá la responsabilidad de controlar a las agencias de certificación, promover la producción y el consumo de productos orgánicos y concentrar las estadísticas de producción y el registro de operadores. Todo esto, apoyándose en su órgano consultivo, el Consejo Nacional de Productos Orgánicos.
La producción y el consumo de alimentos orgánicos pueden darle a México liderazgo, no sólo en las políticas públicas hacia el sector rural, sino en la prevención del cambio climático. Promover su consumo sería una inversión en la salud pública, y desarrollar el mercado local y de exportación haría competitivas a empresas y organizaciones de productores, porque estratégicamente México tiene más vocación natural y cultural para la producción orgánica que sus principales socios, Estados Unidos y Canadá.

Fuente:+
http://www.jornada.unam.mx/2008/01/15/forma.html

10 feb 2008

COMUNICADO DE ALPEDRETE SOSTENIBLE SOBRE EL PLAN DE CARRETERAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID 2007-2011.

Estimada/o vecina/o:

Como seguramente habrás sabido ya, la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Fomento se proponen llevar adelante un Plan de Carreteras que supondría la construcción de 226 kilómetros de autovías nuevas o ampliadas y un gasto previsto (susceptible de ser superado luego, como es habitual en la obra pública) de 4.200 millones de euros.
Alpedrete Sostenible tiene la intención de hacer campaña contra este Plan, aunando sus esfuerzos a través de la Coordinadora Salvemos la Sierra con otras organizaciones ecologistas y ciudadanas serranas y de la entera región de Madrid. En breve organizaremos en nuestra localidad charlas informativas y repartiremos cumplida información sobre este Plan, pero queremos exponeros en cuatro líneas el porqué de oponernos firmemente a él:

1) La Comunidad de Madrid no necesita más autovías y carreteras pues es la región metropolitana con mayor número de kilómetros de ellas por habitante de toda Europa y la segunda del Mundo. Los gobernantes de la mayor parte de Europa, como Inglaterra o Francia, han desestimado este tipo de desarrollo, escogiendo el tren de cercanías y otros medios sostenibles, demostrando un mayor sentido práctico y una mayor preocupación por el medioambiente y la calidad de vida de sus conciudadanos que los nuestros, independientemente de su color político.
2) La construcción de estas autovías no tiene ninguna utilidad social; antes al contrario tiene como única finalidad fomentar el uso del vehículo particular y “poner en valor” el territorio, es decir, crear las condiciones adecuadas para seguir aumentando la ocupación del territorio con el modelo insostenible y especulador de urbanizaciones dispersas y centros comerciales e industriales.
3) La construcción de más autovías produciría un efecto llamada que haría aumentar exponencialmente las emisiones de CO2 que producen el cambio climático. A pesar de que se ha duplicado en los últimas diez años el número de kilómetros de autovía (de 500 a 1000), Madrid continúa siendo la región del atasco: se han duplicado en ocho años el número de desplazamientos en vehículo privado, y por primera vez éstos han superado a los realizados en transporte público, siguiendo una clara lógica perversa: + autovías = + vehículos privados = a la misma saturación en un mínimo espacio de tiempo.
4) El enorme gasto previsto se dedica a “alimentar” a las grandes empresas constructoras concesionarias (FCC, Sacyr Vallehermoso, ACS etc., etc..,) en vez de ser destinado a servicios sociales cada vez más necesarios. Piénsese que con este dinero se podría construir un hospital diario durante toda la legislatura. Supone, además, una intolerable connivencia entre poder político y poder empresarial que perjudica en valores inaceptables a todos los madrileños.
5) Se trata de un Plan ilegal a todas luces, que se pretende no hacer pasar por tal para evitar la información pública global sobre el mismo: viola así la Ley de Carreteras de la Comunidad de Madrid (3/1991), la Ley estatal 9/2006 y la directiva 92/43 de la Unión Europea, pues afectaría a gran número de Zonas Protegidas.
6) La comarca serrana se ve especialmente afectada por este Plan, que deteriorará irremediablemente nuestra calidad de vida y degradará los espacios naturales de la sierra hasta hacerlos irrecuperables.
Por todo ello, Alpedrete Sostenible tendrá constantemente informados a sus simpatizantes y seguidores sobre las acciones legales, políticas y de concienciación que se lleven a cabo y les pedirá un esfuerzo especial de movilización.

Fuente:
http://www.alpedretesostenible.org/carreteras/comunicado%20carreteras.doc

3 feb 2008

Exceso de población: ¿Puede existir tal cosa?


La primera pregunta que surge en nuestra indagación a la causa de la pobreza global, es si es el resultado de nuestra propia fecundidad es inexorable. Esa fue la teoría de Thomas Robert Malthus (1766-1834), el clérigo inglés y autor del Ensayo Sobre el Principio de Población e iniciador de la percepción de la Economía como "la ciencia sombría". Malthus razonó que la población humana tiende a crecer en proporción geométrica, mientras nuestra capacidad para producir subsistencias aumenta en una proporción meramente aritmética -- por lo tanto nos encontramos en un hoyo de sufrimiento cada vez más profundo causado por el exceso de población". En opinión de Malthus, este proceso sólo podría detenerse por la "restricción preventiva" de la fertilidad o disminuída por la "restricción positiva" de la mortalidad aumentada.
La teoría maltusiana se creyó que estaba bien desmentida y relegada a la situación de un apunte curioso de la historia del pensamiento económico. Los capítulos sobre la pobreza y la subsistencia, de Henry George, en Progreso y Miseria, constituyen la reunión definitiva de la abundancia de argumentos lógicos disponibles para desmentir dicha teoría. Sin embargo, al fin del siglo XX, un creciente grupo de neo-maltusianos influenciantes está impulsando esta teoría de nuevo, agregando que la subsistencia sólo puede mantenerse delante del crecimiento de la población al costo de un nivel no sostenible de daño al ambiente natural.
No cabe duda que cinco billones ochocientos millones de personas es mucha gente. ¿Pero es demasiada? La perspectiva neo-maltusiana parece razonable, especialmente fortalecida por estadísticas tales como estas (publicadas por el World Population News Service):

600.000 millas cuadradas de bosque cortadas en los últimos 10 años.
26.000 millones de toneladas de tierra fértil nutritiva perdidas.
88 naciones clasificadas por el Programa Mundial de Alimentación dela ONU como incapaz de proporcionar suficiente comida y agua para sus habitantes.
960 millones de gente analfabeta; 130 millones de niños sin acceso a una educación primaria.
La población del mundo aumentándose por cerca de 100 millones cada año.
Bueno, tal vez, pero no hay que engañarse por las estadísticas. Un millón de personas es un incremento de más o menos un punto de porcentaje. La Tierra tiene la capacidad de absorber tales cantidades. Hoy día, vastas capacidades de los recursos de la Tierra yacen sin uso. Grandes cantidades de tierras cultivables están siendo destruidas por prácticas de cultivo o asentamiento no sostenible. Una gran parte de la capacidad de la Tierra se usa para fabricar armas, o cacharros -- todo tipo de cosas que nadie necesita para sobrevivir, a pesar de la miseria profunda de la mayoría de la población del mundo.
Los EE. UU., por ejemplo, cultivan menos acres cada año, pero siempre exportan comida y debaten continuamente políticas para controlar su superavit. Esto no es debido simplemente a las eficiencias dudosas del monocultivo, los fertilizantes petroquímicos, y la ingeniería genética. Tales métodos hacen más fácil el manejo de las grandes fincas corporativas, pero no son necesarios para cultivar altos rendimientos de comidas nutritivas. La Organización de Alimentos y Agricultura de la ONU estima que usando métodos modernos de agricultura y un proceso eficiente y sensible de distribución, la Tierra tiene la capacidad de rendir comida para algunos 33 billones de personas. Estimaciones corrientes de la ONU proyectan un tope de población de cerca de 12 billones de personas a mediados del Tercer Milenio.
La área total de tierra cultivable en el mundo hoy día, según los datos de la OAA, es 3.58 billones de acres. Cuentan tierras cultivadas y temporamente en descanso (por menos que 5 años) -- pero excluyen tierras agrícolas abandonadas. Hay suficiente tierra cultivable en la India para darle a cada habitante del país aproximadamente un medio acre. Africa, el continente más pobre, tiene 20% de la tierra del mundo y solo 12.7% de la población del mundo. ¡Norteamérica tiene un grandisimo 2.1 acres de tierra cultivable por persona!
La área total de tierra cultivable en el mundo hoy día, según los datos de la OAA, es de 3.58 billones de acres. Cuentan tierras cultivadas y temporalmente en descanso (por lo menos en 5 años) -- pero excluyen tierras agrícolas abandonadas. Hay suficiente tierra cultivable en la India para darle a cada habitante del país aproximadamente un medio acre. Africa, el continente más pobre, tiene el 20% de la tierra del mundo y sólo 12.7% de la población del mundo. ¡Norteamérica tiene un grandísimo 2.1 acres de tierra cultivable por persona!
Las estadísticas citadas anteriormente sobre la pérdida de bosques y tierra fértil nutritiva describen las consecuencias de que haya terratenientes egoistas, no de exceso de población. Por todo el mundo, la pérdida de bosques y la creación de desiertos resultan del hecho de que los campesinos tienen que recurrir a tierras sub-marginales mientras que tierras de alta calidad de cultivo se mantienen fuera de uso. La situación está siendo tan seria en Brasil que los que ocupan tierras ilegalmente han sido matados simplemente por haber ocupado lejanas áreas de fincas privadas no usadas. Un gran movimiento organizado ha crecido acerca de la demanda de los campesinos para que se les permita usar tierras que otros no estén usando.
Dos factores son correlativos consistentes con la tasa alta de natalidad: la pobreza y la falta de educación. Se ha sabido por mucho tiempo que cuando suba el standard de vida de una comunidad, la tasa de natalidad disminuye. Este fenómeno, documentado, se llama "el cambio demográfico". También se ha observado otro tipo de cambio recientemente. Donde las mujeres tienen acceso a la educación y a los medios de comunicación, las tasas de natalidad han disminuido -- aunque los niveles de ingresos no hayan aumentado.
La parte más desagradable de las promulgaciones recientes de los neo-maltusianos ha sido la idea de que se debe prohibir la procreación a la gente pobre e irresponsable para que el número de hambrientos no empiece a quitar el control de los recursos necesarios para la gente más "civilizada". En una economía en que más energía y recursos se gastan en tomar fotos de niños, que en alimentar a los niños en todo el mundo, tales consejos parecen absurdos y sin corazón. Es verdad que el mundo subdesarrollado no puede subir su standard de vida al del mundo desarrollado usando los mismos métodos antieconómicos, sin causar daños horribles al ambiente natural. No obstante, también es un hecho que la tendencia a largo plazo ha sido hacia una mayor satisfacción humana obtenida con menos contaminación y destrucción. Tecnologías ambientales sostenibles para toda industria y la producción de abundantes energía y alimentos están disponibles hoy. Las razones por las cuales no se usan tiene más que ver con política y economía que con eficacia tecnológica.


Queda un hecho que no hay que olvidar: Que las naciones más pobres, más corruptas, más desorganizadas, y con mayor peligro para su ambiente natural, son aquellas con las tasas más altas de natalidad (por supuesto tienen altas tasas de fatalidad también; la población de Africa disminuyó en 1996). Pues bien, los neo-maltusianos sí identifican problemas serios. Pero es tiempo que pongamos todo en claro: el exceso de población no causa la pobreza. No puede existir un exceso de población en un mundo donde existen recursos amplios para alimentar cada nuevo niño -- pero tales recursos se mantienen fuera de uso, o están dedicados a usos frívolos. Las condiciones miserables que se denominan erróneamente como "exceso de población" son realmente el resultado de la pobreza, no su causa.


Fuente: