1 feb 2009

¿Cómo se afronta la crisis esta vez?

Entre las similitudes de los gobiernos de José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero figura el triunfalismo económico. El PIB habría crecido durante sus respectivas etapas superando la media europea. En una época aún reciente, en la que la población apenas crecía, PIB y PIB por habitante eran prácticamente sinónimos. Sin embargo, en la última década, el casi inexistente crecimiento vegetativo ha sido suplido por la inmigración masiva con un resultado de seis millones de habitantes más entre 1999 y 2008. Pero, ¿Se mantiene el triunfalismo cuando se desciende al PIB per cápita? La respuesta es positiva. Del 3.7% de crecimiento anual del PIB desde la entrada en la Unión Europea (1986) hasta 2007, cuatro quintas partes (3%) corresponden al PIB per cápita.
Hasta aquí, las buenas noticias. Pero, ¿Qué hay tras el PIB por habitante? Una sencilla identidad permite descomponerlo en el PIB por hora trabajada y las horas trabajadas por habitante. Aquí, los resultados son más inciertos. Por una parte, las horas trabajadas han crecido con respecto a la población total a un 1.7% anual, quebrando una tendencia descendente que se había iniciado a comienzos de los años 50. ¿Qué subyace tras este aumento? No han sido, desde luego, las horas trabajadas por ocupado que han continuado una tendencia secular descendente, y sólo, en muy pequeña medida, la mayor proporción de la población entre 15 y 65 años. La clave está en el incremento de la proporción de los ocupados sobre aquéllos en edad de trabajar. El aumento del empleo se ha concentrado, sin embargo, en la construcción y los servicios (sobre todo en aquéllos menos avanzados tecnológicamente), sectores cuya participación en el PIB más ha crecido.
El otro componente, el PIB por hora trabajada, ha experimentado una acusada desaceleración, con una tasa de crecimiento anual de tan sólo el 1.1%, frente a una tasa promedio cercana al 6% entre 1953 y 1986. ¿Qué explica este resultado? La productividad aparente del trabajo depende, por una parte, de la dotación de capital (físico y humano) por ocupado y, por otra, de la eficiencia con la que los factores de producción (capital y trabajo) se utilizan, que es lo que recoge la productividad total de los factores (PTF). Las estimaciones disponibles para el periodo 1986-2007 oscilan entre el estancamiento y el declive de la productividad de los factores, con lo que la mayor intensidad de capital por ocupado habría evitado una contracción de la productividad del trabajo. En contraste, la PTF explicaría casi dos terceras partes del fuerte aumento de la productividad laboral durante 1953-1986.
¿A qué puede atribuirse esta marcada desaceleración de la productividad total de los factores? Es cierto que los aumentos de eficiencia derivados del "cambio estructural" (trasvase de mano de obra del campo a la ciudad, eliminación de industrias obsoletas, ...) ya se han agotado. Sin embargo, el argumento de que en una economía madura no debemos esperar aumentos dramáticos de la productividad es desmentido por la experiencia de los EE UU desde 1995. Si recapitulamos, la industria es eficiente y pequeña (17.5% del PIB en 2007) y eficiente, y la agricultura tiene dimensiones muy reducidas (2.9% del PIB en 2007), y, entre ambas, emplean a una minoría de los trabajadores. El desafío procede, pues, de la baja productividad de la construcción y los servicios (en los que una minoría es tan eficiente como en la manufactura) que concentran el aumento del empleo. Por otra parte, el mayor nivel educativo no parece haberse traducido en un incremento sustancial de capital humano que contribuya de forma significativa al crecimiento de la productividad laboral.
En definitiva, el notable crecimiento del PIB por habitante desde la entrada en la Unión Europea se ha debido en medida considerable al aumento del empleo en sectores de baja productividad, mientras el modesto aumento de la productividad del trabajo ha dependido del mayor uso de capital y no de mejoras de la eficiencia en el uso de los factores de producción. Ello limita, sin duda, la capacidad de respuesta de la economía española ante la crisis. -

Leandro Prados de la Escosura es catedrático de Historia e Instituciones Económicas en la Universidad Carlos III de Madrid.

Esta crisis pasará a la historia

23 sept 2008

La crisis ninja

Hacía tiempo que no me acercaba por aquí; aunque le echo un ojo de tanto en tanto.
He añadido un por de artículos sobre las causas de la actual crisis económica. Y durante un tiempo voy a continuar por ahí pues creo que es un tema relevante.

22 sept 2008

Prueba

Mis primeras pruebas subiendo texto desde i.touch

El IPCC, la ciencia del cambio climático

El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático nace en 1988, impulsado por un pequeño grupo de países, bajo la iniciativa del científico Bert Bolin. El organismo depende de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Hoy, tras 19 años, ha sido galardonado junto a Al Gore con el Premio Nobel de la Paz, por "sus esfuerzos para construir y difundir un mayor conocimiento sobre el cambio climático causado por el hombre y poner las bases para las medidas para contrarestar ese cambio".
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El IPCC es el organismo asesor de las Naciones Unidas para el cambio climático. Su labor principal es hacer informes de evaluación a partir de la investigación de excelencia realizada en todo el mundo por la comunidad científica. "El IPCC es neutral y sus informes de evaluación no son prescripciones políticas", recordaba el organismo el pasado mes de enero. "Lo que hace el IPCC es aportar la información científica [sobre el clima] y después es responsabilidad de los Gobiernos decidir qué acciones y o decisiones deben tomarse".
Organizado en cuatro grupos de trabajo (que evalúan desde aspectos científicos del cambio climático, la vulnerabilidad de los sistemas socioeconómicos y naturales al cambio climático, las posibilidades de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta un grupo especial que realiza inventarios nacionales de gases de efecto invernadero), el IPCC ha realizado hasta el momento cuatro informes de evaluación.
El primero de ellos, presentado en 1990, fue una contribución esencial para constatar que la tierra se estaba calentando debido al aumento de las emisiones de gases que provocan el llamado efecto invernadero. Dos años después, la ONU aprobaba la Convención Marco de Cambio Climático, por la que se comprometía a evitar el calentamiento global.
El segundo informe del IPCC, presentado en 1996, señala que la actividad humana estaba detrás del calentamiento global, por lo que no es casualidad que un año más tarde se firmara el Protocolo de Kioto. En su tercer informe, el IPCC vaticinaba que el cambio climático iba inducido iba a durar siglos, y calculó que durante este siglo las temperaturas medias iban a aumentar entre 1,4 y 5,8 grados centígrados.
EL IPCC tiene previsto cerrar su cuarto informe en Valencia, entre el 12 y el 16 de noviembre, con un reunión de los cuatro grupos de estudio.

Fuente: El País

De la crisis ninja al capitalismo 3.0

El capitalismo ha muerto. Ya no cree en él ni su propio impulsor, Estados Unidos, que se está dando un auténtico festín de intervencionismo: Bearn Stearns, Indy Mac, Fannie Mae, Freddie Mac... Con el beneplácito de entidades tan capitalistas como la Fed, el BCE, el FMI o la banca española.
Todos aplauden una medida que resulta tremendamente peligrosa, porque privatizar los beneficios y socializar las pérdidas -como ha hecho ahora el Gobierno americano- genera unos incentivos tan perversos que harían temblar al mismísimo Adam Smith. Es verdad que el Gobierno español se mantiene firme por ahora y ha rechazado ayudar a Martinsa... ¿pero qué pasaría si Santander o BBVA estuvieran a punto de quebrar? Entonces sí entraría en juego el dilema too big to fail (se trata de entidades demasiado grandes para dejarlas caer, como es el caso de Fannie y Freddie).
El capitalismo se ha pervertido hasta tal punto que el objetivo principal del sistema ya no es producir bienes para satisfacer necesidades, sino sólo producir beneficios. En lugar de suministrar dinero a la economía real, los bancos se han dedicado a especular y a manipular productos financieros.
El desastre financiero al que nos enfrentamos pone de relieve que, aunque no lo queramos, los mercados sin trabas no acaban de funcionar bien por sí solos y no se autocorrigen, como defienden los ultraliberales. El intervencionismo del Gobierno americano refleja que ninguna Administración -salvo la de Zapatero- puede quedarse de brazos cruzados mientras un país entra en recesión, ni siquiera cuando la crisis ha sido causada por la avaricia de unos banqueros o por los errores de empresas privadas.
Pero analicemos en detalle cómo es posible poner en peligro la esencia del capitalismo, con la ayuda del antiguo profesor del IESE Leopoldo Abadía y de su magnífico artículo La crisis ninja (ver leopoldoabadia.blogspot.com).
Todo empezó tras la explosión de la burbuja de Internet. La Fed bajó en dos años el precio del dinero del 6,5% al 1%, lo que dopa un mercado que empezaba a despegar: el inmobiliario. En 10 años, el precio de las viviendas se multiplica por dos en EEUU. Con unos tipos tan bajos, a los bancos el negocio se les hacía pequeño, y entonces se les ocurrió dar préstamos más arriesgados, con lo que podían cobrar más intereses- y compensar sus bajos márgenes multiplicando el número de operaciones.
Entonces empieza la fiesta. Ofrecen hipotecas a los clientes ninja (no income, no job, no assets; o sea, personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo y sin propiedades), a los que cobran más intereses porque tienen más riesgos. Y llenos de entusiasmo les conceden créditos hipotecarios por un valor superior al de la casa que compraba el ninja, porque con el boom inmobiliario la casa se revalorizaría rápidamente. Éstas son las famosas hipotecas subprime.Este planteamiento fue bien durante algunos años. Los ninja iban pagando los plazos de la hipoteca y, además, como les habían dado más dinero del que valía su casa, se habían comprado un coche, habían hecho reformas en la casa y se habían ido de vacaciones con la familia.
Pero como los bancos estaban dando muchos préstamos hipotecarios, se les acaba el dinero y deciden acudir a bancos extranjeros para que les presten fondos, porque para algo está la globalización. Con ello, el dinero que ingresamos en una Caja de Ahorros española puede estar esa misma tarde en Illinois e ir a parar a un ninja, sin saberlo ni el director de la Caja ni, por supuesto, nosotros.
Si el banco americano está pidiendo dinero a otros bancos y dando muchos créditos, se encuentra con un capital mínimo en relación con sus activos. Hay que inventar algo nuevo para sacar las hipotecas del balance. Y eso nuevo se llama titulización. El banco de Illinois empaqueta las hipotecas en paquetes que se llaman MBS (Mortgage Backed Securities, Obligaciones Garantizadas por Hipotecas). ¿Quién compra esos paquetes?El banco de Illinois crea unas entidades filiales, los conduits, que no son sociedades, sino trust o fondos, cuyos balances no consolidan con los de la matriz. Estos conduits compran los paquetes de hipotecas mediante créditos de otros bancos y contratan los servicios de bancos de inversión que colocan los MBS a fondos de inversión, a aseguradoras y a sociedades de capital riesgo.Para vender estos MBS había que convencer a las agencias de ráting de que les dieran una buena calificación crediticia. Los Moody’s, Standard & Poors y Fitch no quisieron fastidiar la fiesta y así lo hicieron. A partir de aquí, ya no hay humano que lo entienda. Los MBS se ordenan en tramos y se rebautizan como CDO (Collateralized Debt Obligations, Obligaciones de Deuda Colateralizada). Los ingenieros crean también los Synthetic CDO y los CDS (Credit Default Swaps), que nadie sabe lo que son, pero que ofrecían una rentabilidad extraordinaria.
Y todo estaba basado, no lo olvidemos, en que los ninja pagaran sus hipotecas y en que el mercado inmobiliario norteamericano siguiera subiendo...Hasta que a principios de 2007 el mercado inmobiliario se desploma, los ninja dejan de pagar las hipotecas y ya nadie quiere los MBS, CDO o CDS. El montaje se hunde y se hace necesario sanear el mercado, que es en lo que estamos ahora.¿Y qué pasará en el futuro? Pues que habrá que reinventar el capitalismo. Si el capitalismo 1.0 fue la industrialización del siglo XIX y el 2.0 nació después de la II Guerra Mundial con los acuerdos de Bretton Woods y el nacimiento del Banco Mundial y del FMI, ahora habrá que pensar en el capitalismo 3.0, que tendrá que fomentar el crecimiento económico sostenible. Una buena idea sería pagar el bonus a los inventores de los instrumentos estructurados con esos mismos productos.
Parece claro que los destrozos en la banca obligarán a dotar de más regulación al sistema financiero para frenar los abusos. E incluso se baraja la idea de aplicar a los productos financieros cláusulas de responsabilidad como los de la industria manufacturera.
El capitalismo 3.0 tendrá como eje que el consumidor se ha vuelto poderoso y que, por tanto, hay que fomentar un sistema de relaciones económicas en el que se garantice la libertad, los derechos humanos y la supervivencia. El crecimiento tiene que ser sostenible e inclusivo, es decir que beneficie a una mayoría de los ciudadanos. El peligro es caer en una excesiva regulación, ya que hay economistas que son partidarios de que se establezca un gobierno mundial de la economía, y que se implante una administración mundial de los recursos naturales. También hay que evitar que la crisis que estamos viviendo lleve a los países a la autarquía y a cerrar sus fronteras al comercio internacional .
El capitalismo 3.0 hay que crearlo. Pero antes habrá que pasar la resaca de la gran fiesta que algunos se han dado en los últimos años.

Fuente. Periódico Expansión

El derrumbe financiero que vino de los "ninjas"

Primer acto. Prima la alegría. La economía crecía desde que comenzó esta década con la vivienda como motor. Tras la crisis de internet en el 2000, el capital se fijó en el inmobiliario. Lo facilitaban unos intereses que abarataron el endeudamiento para invertir en ladrillo hasta cotas inéditas. Pero la banca quería más ingresos. Por eso en EEUU, vio en los ninjas --no income, no job, no assests, personas sin ingresos, ni trabajo ni activos--, una fuente de préstamos más caros, pero más con más riesgo --subprimes---. La bonanza y el potencial de subida del ladrillo narcotizaron a una banca que prestó por encima del valor de las casas.Como recuerda el financiero George Soros en su último libro El nuevo paradigma de los mercados financieros, "cuando se espera que el valor de la vivienda crezca más que el coste de tomar prestado, es lógico comprar más inmuebles de los que uno va a ocupar". Hasta el más común de los mortales compró para alquilar o vender. El crédito carecía de límite porque los bancos obtenían fondos de la sus colegas extranjeros --también en España--.
Segundo acto. Crece la euforia. La banca de inversión, los Lehman y demás, se las ingeniaron para limpiar los balances de los prestamistas para que el negocio siguiera rodando. Trocearon y empaquetaron los derechos de cobro de los bancos en títulos negociables avalados por las agencias que certifican la solvencia del emisor (Moodys y otros). A su vez crearon sociedades, calificadas por esas agencias, para extraer el riesgo de sus cuentas. En el 2006, ese negocio supuso gran parte de sus ingresos. Nacían activos sobre activos de activos... hasta que su valor superó el de toda la riqueza de EEUU.DE IDAHO A SABADELL Aveces con la garantía de aseguradoras u otras entidades, el papel se transfirió a los bancos a pie de calle o fondos de inversión, deseosos de dar rendimientos altos. Una parte de la hipoteca de un ciudadano de Idaho estaba ya oculta en un rincón de un fondo de inversión de un señor de Sabadell. "El problema es que llegó un punto en que no se sabía qué había debajo del papel", dice un analista.
Tercer acto. Llega la crisis. Con el paro y la caída inmobiliaria, muchos hipotecados vieron en EEUU que el préstamo costaba más que la casa ¿Solución? Como que allí solo se responde con la vivienda --en España se puede embargar el salario y otros bienes--, dejaron de pagar.
El castillo de naipes se desmoronó. Los ninjas, los más débiles del sistema, y la caída del ladrillo dinamitaron la arquitectura diseñada en Wall Street y estalló la gran crisis. Los derechos de cobro que sustentaban los títulos negociables se esfumaron. Nadie los quería. La banca de inversión tuvo que absorberlos y aflorar enormes pérdidas. Los otros bancos, recelosos unos de otros al desconocer la magnitud de la tragedia, dejaron de prestar para desespero de Colonial, Astroc y otras empresas que trabajan con el endeudamiento. Según el FMI, esta crisis puede costar un billón de dólares --toda la riqueza que se genera en España en un año--. Una mínima parte le toca al señor de Sabadell.

Fuente: El Periódico de Cataluña

24 feb 2008

Diez compañías controlan el 57% del mercado global de semillas comerciales.


Según un estudio de Context Network, grupo analista de la industria,en 2006 estas diez compañías habrían generado unos beneficios de 13.014 millones de dólares, y tan solo cuatro de ellas (Monsanto, Dupont, Syngenta y Groupe Limagrain) tendrían bajo su control el 44% del mercado, siendo Monsanto la más grande del mundo y controlando el 20%.

A partir de los cálculos proporcionados por Context Network, ETC, grupo dedicado a la conservación y promoción de la diversidad cultural y ecológica y los derechos humanos, ha observado una tendencia a la concentración en este mercado: hace dos años las diez compañías más grandes tan solo controlaban el 49%; mientras que en 1996 ese porcentaje era del 36% y Monsanto (la mayor del mercado) no estaba dentro de esa lista.

Respecto al mercado de semillas patentadas (las semillas con marca registrada, sujetas a la propiedad intelectual), la porción que se adjudican estas 10 compañías es mayor: en 2006, estas 10 compañías controlaron el 66% del mercado de semillas patentadas, con un valor de $19 600 millones de dólares. Las cuatro principales compañías tendrían el 51% del mercado mundial de este tipo de semillas, controlando Monsanto el 23% .

Compañía / Valor de las ventas en 2006 (Millones de dólares)
1. Monsanto (EEUU) + Delta & Pine Land (pro forma) / $ 4 476
2. Dupont (EEUU) / $ 2 781
3. Syngenta (Suiza) / $ 1 743
4. Groupe Limagrain (Francia) / $ 1 035
5. Land O`Lakes (EEUU) / $ 756
6. KWS AG (Alemania) / $ 615
7. Bayer Crop Science (Alemania) / $ 430
8. Takii (Japón) estimación* / $ 425
9. Sakata (Japón) / $ 401
10. DLF-Trifolium (Dinamarca) / $ 352
Fuente:

El Petróleo y los alimentos

Juan Carlos Guerra
Un mundo sin petróleo amenaza nuestra posibilidad de acceder a los alimentos. Para muestra un dato: El 17% de la energía consumida en el mundo se utiliza en la producción, distribución y suministro de productos agrícolas. Este porcentaje se divide de la siguiente manera: 4% a la producción; 5% al procesamiento; 8% al transporte y distribución desde la granja hasta los supermercados.

Dado que el común de nosotros se limita a ir al supermercado a comprar sus alimentos, muchas veces no nos damos cuenta de todo el proceso que agotan esos productos antes de llegar a las góndolas de esos establecimientos. No advertimos que la agricultura moderna depende casi totalmente del petróleo.

El motor de gasolina aplicado a los tractores, los camiones, las maquinas cosechadoras, ha reemplazado a la fuerza humana y a la de los caballos, mulas y bueyes como fuente primaria de energía en la granja. Y no solo en la siembra y el transporte esta la dependencia del petróleo en la agricultura: la producción intensiva de los alimentos también esta altamente influenciado por los hidrocarburos.

El uso de fertilizantes y pesticidas derivados de productos petroquímicos han servido de bujía esencial para que la agricultura dejara de ser una actividad familiar para convertirse en una industria y abastecer la alta demanda de una población que ha crecido vertiginosamente en el último siglo.

El uso de fertilizantes y pesticidas comenzó en el año 1950. A partir de esa fecha la demanda de fertilizantes creció de 13 millones a 150 millones de toneladas en el año 2005 y la de pesticidas paso de 90,000 kilos en 1950 a 3,200 millones de kilos en 2005, según el Informe sobre Pesticidas y Fertilizantes de la Agencia para la Protección del Medio Ambiente.

La mecanización de la agricultura, el uso de fertilizantes y pesticidas derivados del petróleo, así como la introducción de avances en las técnicas de cultivo, han disparado la producción alimentaria, a la vez que han reducido la cantidad de mano de obra humana en la granja.

En un articulo publicado recientemente en la revista Science, titulado "The Mechanization of Agriculture" (La mecanización de la agricultura) se arroja el siguiente dato: "En 1850, un solo agricultor generaba alimentos suficientes para mantener a cuatro personas. En la actualidad, un solo agricultor genera alimentos en cantidad suficiente para mantener a setenta y ocho personas. La productividad agrícola aumento un 25% en los años cuarenta, un 20% en los cincuenta, un 17% en los sesenta, y mas del 28% en la década de los ochenta."

Ese aumento de la productividad agrícola se ha hecho a costa de incrementar la cantidad de petróleo consumido en el proceso. Según Jeremy Rifkin en su famoso libro La economía del Hidrogeno: "Para producir una lata de cereales de 270 calorías, el granjero consume la ingente cantidad de 2,790 calorías para mantener la maquinaria en funcionamiento y obtener los fertilizantes y los pesticidas. Así pues, por cada caloría de energía producida, el tecnificado granjero termina consumiendo diez calorías de energía." (p. 239).

Otro dato mas revelador que el anterior es sacado a relucir por David Pimentel en su estudio titulado "Food, Energy and Society" hecho para la Cornell University, de la ciudad de Ithaca en New York: "Un vehiculo que consume 4 litros de gasolina (un galón) por cada 50 Km.; en diez Km. quema la cantidad de gasolina necesaria para producir una barra de pan". Impresionante.

Un elemento importante es el referente al daño que causa en el suelo el uso de pesticidas y fertilizantes. El suelo se erosiona dada la alta cantidad de estos productos utilizada para aumentar su productividad. La contaminación que se deriva de los fertilizantes es responsable de la mitad de la contaminación actual del agua y de dos tercios de nuestros residuos sólidos.

El uso de pesticidas no es menos dañino, pues contribuyen también a la degradación del suelo. Para que tengamos una idea clara de lo que estamos diciendo, baste explicar que en el suelo habitan millones de bacterias microscópicas, hongos, algas y protozoos, así como gusanos y artrópodos que tienen la tarea de mantener la fertilidad y la estructura del suelo. Los pesticidas al destruirlos aceleran su proceso de agotamiento y erosión.

Los seres humanos consumimos cada vez mas energía para producir alimentos, pero esta producción es siempre menor al consumo. Según C. Ponting en su libro Historia Verde del Mundo: "En las dos primeras décadas de intensa explotación agrícola basada en productos petroquímicos que vinieron después de la Segunda Guerra Mundial, el consumo total de energía en el sector agrícola aumento un 70%, pero la producción alimentaria solo creció un 30%."

Como hemos visto el crecimiento de la producción agrícola, a través de la mecanización y el uso de fertilizantes y pesticidas, ha llevado consigo un aumento significativo del consumo de petróleo generando mayores emisiones de CO2. Lo que nos deja con una conclusión preocupante dadas sus implicaciones: la agricultura intensiva es uno de los principales agentes para el calentamiento global.

Conclusión confirmada por Rifkin en su ya mencionada obra con el siguiente dato: "Para responder a la demanda anual de carne de una familia media de cuatro personas es necesario consumir mas de 984 litros (260 galones) de combustibles fósiles. La quema de estos combustibles libera en la atmósfera 2,25 toneladas adicionales de CO2, la misma cantidad que emite un vehiculo medio en seis meses de funcionamiento normal." (op. Cit. Pág. 244).

Dado este panorama estamos ante la grave perspectiva de que los costos para la producción de alimentos aumente en tal magnitud que cuando entremos en la época en que la producción petrolera llegue a su techo, cientos de millones de seres humanos no estarán en condiciones de adquirir los alimentos necesarios para garantizar la propia subsistencia y la de sus familias. Esto sin contar con que actualmente hay 854 millones de personas que padecen de hambre y desnutrición.

Ciertamente, la humanidad esta hoy enfrentada a problemas que amenazan su propia existencia. Decir que el fin de la especie humana esta cerca, seria un gigante acto de alarmismo, los seres humanos todavía estamos a tiempo de salir victoriosos ante estos retos. Indudablemente, a la civilización humana como hoy la conocemos le quedan pocas décadas. Probablemente en el último tercio de este siglo sentará sus bases una nueva civilización que regirá al planeta por los próximos siglos.

Es nuestro deber asegurar primero, que el fin de la humanidad no llegue con el final de esta civilización. Y segundo, tan importante como lo primero, garantizarle a esas generaciones la construcción de su nueva civilización a partir de un mundo en donde la desigualdad, la guerra y la pobreza sean solo capítulos de los libros de historia.
La especie humana esta en peligro. Pero aun puede salvarse y ser mejor.
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=57390